En la resolución no vinculante, adoptada con 589 votos a favor, 12 en contra y 36 abstenciones, los eurodiputados subrayan que el uso correcto y prudente de los antimicrobianos es esencial para limitar la resistencia antimicrobiana (RAM).
La cadena alimentaria y el medio ambiente también deben tenerse en cuenta, ya que son fuentes potenciales de microorganismos resistentes, dicen los eurodiputados.
Restringir la venta de antibióticos por profesionales de la salud
Los eurodiputados piden a la Comisión de la UE ya los estados miembros que restrinjan la venta de antibióticos por parte de los profesionales de la salud humana y animal, y que eliminen cualquier incentivo para recetarlos. Se deben tomar medidas firmes contra las ventas ilegales y las ventas sin receta de antimicrobianos en la UE.
La Comisión Europea debería redactar una lista de patógenos prioritarios de la UE para humanos y animales, estableciendo claramente las futuras prioridades de I+D y se deberían crear incentivos para estimular la inversión en nuevas sustancias.
Ayudar a los consumidores a tomar decisiones informadas
Un etiquetado con información sobre el uso de antibióticos también permitiría a los consumidores tomar decisiones bien informadas. La Comisión debería crear un sistema único para el etiquetado, basado en estándares de bienestar animal y buenas prácticas en la cría de animales, según los eurodiputados.
Antecedentes
La RAM es responsable de aproximadamente 25.000 muertes y 1.500 millones de euros en costos adicionales de atención médica cada año solo en la UE. El aumento de la RAM se debe a una serie de factores, como el uso excesivo e inapropiado de antibióticos en humanos, el uso excesivo veterinario en ganado, y las malas condiciones de higiene en entornos sanitarios o en la cadena alimentaria.
Según un Eurobarómetro de 2016, la falta de conocimiento sigue siendo un factor clave: el 57% de los europeos desconocen que los antibióticos no son efectivos contra los virus, el 44% no saben que son ineficaces contra resfriados y gripe. Existen diferencias significativas entre los países de la UE en cuanto al uso de antimicrobianos.