Dice un viejo adagio. “cuando China estornuda, el Mundo se resfría”. Ahora el que estornuda es el sector porcino chino.En razón de su dimensión y actuales características, al sector porcino chino está desequilibrado y realmente le está resultando extremadamente difícil encontrar el punto de equilibrio propuesto por las autoridades de aquel país.
En efecto, de acuerdo con las informaciones disponibles, a las autoridades les está resultando muy difícil conseguir, especialmente a nivel de los pequeños productores (que surgieron a cientos de miles, en estos últimos dos/tres años, en zonas alejadas de las tradicionales) que eliminen a sus cerdas reproductoras menos eficaces y que, paralelamente, sacrifiquen animales antes de que lleguen a la cadena con el fin de equilibrar la oferta con la demanda e intentar así equilibrar los precios.
Estos “nuevos” pequeños productores, se estima que pueden ser del orden de unos 2,5 millones a 2,8 millones, surgieron a partir del año 2019 en razón de la situación de mercado que se originó como consecuencia directa de la fuerte incidencia de la Peste Porcina Africana (PPA) en aquel país, que surgió entre octubre y noviembre del año 2019 y que llevo al conocido sacrificio obligado de millones de cabezas.
Consecuentemente, como bien lo han podido comprobar, en los últimos meses, los grandes países exportadores, con España a la cabeza, la demanda interna china se desbocó, los precios se pusieron por las nubes y todas aquellas explotaciones, grandes o pequeñas, que lograban llevar sus producciones al mercado, lograban pingües beneficios, beneficios absolutamente récord.
Pero, como bien decimos los que practicamos ciclismo “después de toda subida, siempre viene una bajada”. La bajada también ha llegado al mercado porcino chino y está golpeando con dureza al sector. Ahora es la oferta la que se ha debocado, superando con claridad a la demanda, y los precios, que perciben los ganaderos, han bajado muy significativamente (se habla que. en la actualidad, respecto del año 2020, los mencionados precios al productor se han reducido, según zonas, entre un 65 y un 75 por 100).
Lo que antes eran beneficios ahora son, en la gran mayoría de los casos, pérdidas, porque los precios que perciben los porcicultores son claramente inferiores a los precios de producción. Y estas pérdidas no sólo afectan a los pequeños productores (que se niegan a seguir las directrices de su gobierno, porque no están dispuestos a perder definitivamente sus inversiones y por ello aguantan todo lo que les es humanamente posible); también afecta a los grandes productores (no se olvide aquí, entre otras, a las 16.000 grandes explotaciones que se crearon en China a raíz de los efectos devastadores de la PPA).
Hoy, la situación es realmente muy complicada. Ante la mencionada situación de los precios también las grandes empresas porcinas chinas, incluidas las que cotizan en bolsa, están teniendo que soportar grandes pérdidas lo que está empezando a generar importantes problemas de tesorería en algunas de ellas.
Por esta razón, de acuerdo con las últimas informaciones disponibles, procedentes la mayoría de ellas de los Estados Unidos y de Taiwán, empieza a haber una paralización generalizada de proyectos de grandes granjas y también de muchos proyectos de nuevas industrias cárnicas.
No obstante, como no es infrecuente en China, se están generando, en paralelo, situaciones, en este caso en el ámbito del sector porcino que aquí nos ocupa, que, cuanto menos, son desconcertantes.
Así, la mayor empresa porcina china, Muyuan Foods, que también posee la mayor granja porcina del mundo, con más de 80.000 cerdas reproductoras y una producción, en pleno rendimiento, más de 2 millones de cerdos al año (aunque la capacidad productiva total de esta empresa es de casi el doble), ha anunciado, en la bolsa de Shanghái (el mercado de valores más grande de la China continental), que antes de final del presente año va a poder poner en actividad a 8 de los 9 nuevos mataderos que tiene previstos. Ello va a dotar a esta empresa de una muy importante capacidad de sacrificio y va a consolidar su liderazgo.
Pero lo más importante, en mi opinión, al margen de la mayor o menor exactitud de las informaciones disponibles y aquí referenciadas, es que todo parece indicar claramente que el ciclo del porcino en China ha cambiado de signo. Ello ya está teniendo y, sobre todo, va a tener, con una visión a medio plazo, con su cénit y con su nadires lógicos, una significativa influencia en el sector porcino de capa blanca de los grandes países exportadores de porcino del Mundo y, paralelamente, en el devenir de los mercados de las materias primas.
Nos esperan a todos tiempos complejos.
Carlos Buxadé Carbó.
Catedrático de Producción Animal.
Profesor Emérito.